Una parte importante de nuestro sufrimiento tiene lugar en los conflictos que ocurren en nuestro mundo relacional y no por los conflictos en sí, que forman parte de la vida, sino por la falta de recursos para gestionarlos de manera sana y eficiente, muchos de los cuales, ya están en nuestro interior.
Cómo te comunicas, desde dónde lo haces, para qué, son aspectos que te invito a explorar en este proceso y que te propongo hacer desde el cuerpo y con prácticas de silencio guiadas para, de una manera amable, abrir espacios internos.
"Este taller me ha permitido aprender a escucharme para poder escuchar a otras personas; escuchar a mi cuerpo para poder entender la postura de otras personas cuando me hablan; aprender… » leer más" Marisol
"Creo que es un taller necesario para cualquiera que quiera profundizar más en sí mismo, en la comunicación, aprender a comunicarse mejor y crecer como persona en este mundo tan… » leer más" Tatiana
Teniendo en cuenta que este taller, como todos los que impartimos, es orgánico, se irá desarrollando en función de las necesidades del grupo, pudiendo dar más espacio a unos aspectos u otros, pero siempre dando los siguientes pasos:
* El primer paso para comunicarte con las demás personas es comunicarte contigo y con tus necesidades. Durante el recorrido de este paso y dado que para conectar con tus necesidades has de conectar con tus emociones, realizaremos prácticas orientadas a:
– desarrollar la escucha interna desde un lugar amable y compasivo,
– ampliar el vocabulario de las emociones y descubrir los mensajes que traen,
– ir al cuerpo para encontrar los lugares donde se alojan,
– descubrir tus patrones de comportamiento de respuesta a emociones que te resultan difíciles de gestionar
* El segundo paso es ampliar tu mirada hacia las situaciones que tienen lugar cuando te relacionas con otras personas, para lo que realizaremos prácticas orientadas a:
– desarrollar una observación objetiva, sin evaluaciones,
– tomar consciencia del mundo relacional como un espejo, la otra persona puede ser un estímulo, pero nunca la causa de lo que nos sucede,
– cultivar la presencia como actitud interna fundamental en cada interacción personal,
* El tercer paso es poner especial atención a la forma y al fondo del mensaje que quieres comunicar, en este sentido realizaremos prácticas orientadas a desarrollar los siguientes aspectos:
– uso del lenguaje verbal con propuestas de fórmulas concretas tanto en estructura como en sentido,
– el lenguaje no verbal y su importancia en los mensajes con contenido emocional,
– desarrollo de la empatía como elemento clave de una comunicación sana y consciente,
Para recorrer este camino nos apoyaremos, entre otros, en los siguientes trabajos:
– el modelo de Comunicación No Violenta (CNV) desarrollado por Marshall B. Rosenberg, en el que se enfatiza la importancia de expresar con claridad observaciones, sentimientos, necesidades y peticiones a los demás de un modo que evite el lenguaje evaluativo que etiquete o defina asadfasdf los interlocutores o a terceros.
– la visión del mundo relacional como un espejo, en el que nos disponemos a mirarnos con compasión, sin queja, crítica o condena, tal y como propone Luchy López en la experiencia de A Corazón Abierto, de la que soy facilitadora.
– el uso de la palabra aplicando Los cuatro acuerdos de sabiduría Tolteca transmitidos por Miguel Ruiz y el los matices que tienen los significados que le damos a las palabras desde las investigaciones de semántica de Steven Pinker.
– el lenguaje no verbal tanto si acompaña a la palabra como si no y, fundamentalmente, cuando lo que comunicamos es nuestro mundo emocional, a través del conocimiento obtenido por las investigaciones de Daniel Goleman sobre la Inteligencia emocional y muchas más que han ido surgiendo a posteriori.