¿Eres consciente del poder de la palabra?


Silvia Martín

Que dispongamos del uso de la palabra no implica necesariamente que nos comuniquemos a través de ella de una manera eficaz.

Esto solo es posible cuando tomamos consciencia del poder que contiene.

Y si no, que se lo digan al sabio que fue castigado en el cuento «La verdad y la palabra»  que, a continuación, relatamos.

Un Sultán soñó que había perdido todos sus dientes. Al despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.

– ¡Qué desgracia, mi Señor! -dijo el sabio-, cada diente caído representa la  pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.

– ¡Qué insolencia! ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! ¡Castigadle! – gritó el Sultán enfurecido.

Más tarde, el Sultán mandó llamar a otro sabio, pues no estaba tranquilo con el dichoso sueño. El sabio llamado, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:

– Excelso Señor, ¡gran felicidad os ha sido reservada! El sueño significa que sobrevivirás a todos tus parientes.

El semblante del Sultán se iluminó con una gran sonrisa y ordenó que entregaran cien monedas de oro al sabio.

Cuando este salía de Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:

– ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho del sueño del Sultán es la misma que hizo el primer sabio ¡No entiendo porqué al primero se le pagó con un castigo ejemplar y a ti con cien monedas de oro!

El sabio sonriendo respondió:

Amigo mío, todo depende de la forma en la que se dice. Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.

La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir profundamente. Pero si la envolvemos en un delicado  embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.